“La gente no siempre ve mis síntomas, algunas personas piensan que mi enfermedad es irrelevante” Si bien ciertos síntomas como la fatiga crónica y el dolor son invisibles para amigos y familiares, pueden tener un impacto severo en lo laboral, las relaciones y la salud mental del individuo. Las personas con una enfermedad autoinmune, tienen entre dos y diez veces más síntomas de depresión y ansiedad que la población general. El sistema inmunitario es un conjunto de estructuras y procesos biológicos que se encargan de defender al organismo frente a la agresión de los agentes nocivos que podrían dañarlo. Para cumplir su misión, una de las tareas fundamentales que ha de realizar este sistema defensivo consiste en establecer la diferencia entre lo que es propio y lo que es extraño. Una vez hecho esto es posible proteger lo que es nuestro y atacar a lo que viene de fuera y podría hacernos enfermar. Pero qué sucede cuando por algún tipo de error en dicho reconocimiento, el sistema defensivo se confunde y comienza a atacar a las propias estructuras corporales como si fuese el enemigo en lugar de atacar a lo que realmente debiera. Pues en este caso se genera una enfermedad llamada autoinmune o también conocida como enfermedad por autoagresión, la cual consiste en los trastornos producidos por el ataque de las células o de los anticuerpos contra las propias estructuras corporales. Dependiendo de los órganos o sistemas que sean atacados, las repercusiones que podrá sufrir la persona serán muy diferentes, tanto en localización como en gravedad. Si afectan a un órgano determinado las llamamos enfermedades autoinmunes organoespecíficas y si afectan a diferentes órganos de un mismo sistema las llamamos enfermedades autoinmunes sistémicas. Se conocen aproximadamente unas 80 diferentes enfermedades autoinmunes, entre las más frecuentes tenemos la Artritis Reumatoide, el Lupus Eritematoso Sitémico, la Esclerodermia, la Enfermedad de Crohn, la Tiroiditis de Hashimoto, etc. Hoy día estamos asistiendo a un gran incremento de este tipo de enfermedades, aunque no sabemos exactamente por qué. Para tratar de explicar dicho incremento se han establecido diferentes hipótesis, aunque no existe una única teoría explicativa global. Se ha hablado de diferentes agentes como desencadenantes de las perturbaciones inmunológicas que darían lugar a dichas enfermedades, tales como la exposición crónica a la presencia de diversos tóxicos y contaminantes ambientales, el uso masivo de las vacunaciones, diversos polimorfisimos genéticos, virus que afectarían al sistema inmunitario, etc. En la actualidad, estudios recientes han correlacionado algunas de estas enfermedades con una disfunción del aparato digestivo, el llamado Síndrome de Intestino Permeable (Leaky Gut Syndrome). Dicho síndrome consiste en una alteración de la permeabilidad de la pared intestinal, la cual permitiría que se absorbiesen substancias que de manera normal no lo harían, y dichas substancias actuarían como estímulos antigénicos capaces de desencadenar una respuesta de tipo inflamatoria e inmunitaria, siendo la responsable, a la larga, de la aparición de determinadas enfermedades autoinmunes. Pero, porqué se produciría dicho cuadro de Intestino Permeable. Pues bien, son diversos los factores que contribuyen a la alteración de la función intestinal, tales como el estrés crónico, la presencia de ciertos microorganismos (Clostridium, Cándidas, etc.), el uso de antinflamatorios, antibióticos, corticoides, el consumo de determinados alimentos, alteraciones de la flora intestinal, etc. Los tratamientos convencionales de las enfermedades autoinmunes suelen ser a base de corticoides o inmunosupresores, además de otros medicamentos más sintomáticos en función de la sintomatología concreta del paciente, tales como antiinflamatorios, analgésicos, etc. Desde el punto de vista de la Salud Integrativa, además de lo anterior, se ha demostrado la importancia de aplicar otros tipos de tratamientos tales como 1.- Corrección de la disbiosis intestinal con la instauración de una microbiota apropiada 2.- Tratamiento del Síndrome de Permeabilidad Intestinal, en caso de que exista 3.- Alimentación correcta y libre de tóxicos, con eliminación de las intolerancias alimentarias que se pudieran presentar 4.- Control de los factores emocionales y del estrés 5.- Utilización de ciertos nutracéuticos y suplementos dietéticos 6.- Otras intervenciones , la fitoterapia, etc. He de recordar que la clínica Integrativa no es una alternativa a la medicina convencional, sino un enfoque más amplio en el que además de lo convencional se tienen en cuenta otros muchos factores. Hay ocasiones en la que no es posible sustituir el corticoide o el inmunosupresor, pero en base a mi experiencia personal de muchos años, puedo afirmar que existen pacientes (en general los más constantes y disciplinados) en los que se logra estabilizar la enfermedad o mantenerla sintomática durante años, sin el uso de los medicamentos convencionales o usándolos a dosis realmente bajas. Sea como fuere, entiendo que la portación de la intervención Integrativa en este tipo de enfermedades es especialmente importante y debería ser tenido en cuenta ya que sus resultados así lo han venido demostrando.
Belén
Soy nutricionista, desde hace años tengo diagnosticada una artritis reumatoide, que me afectaba mucho en mi día a día. Conviviendo con mucho dolor articular y con una merma importante en la movilidad de mis articulaciones, sobre todo manos, hombros y rodillas. Siguiendo las indicaciones de Sali he podido mejorar progresivamente mis síntomas y a día de hoy hago vida normal. Además de aplacar completamente mis dolores he notado múltiples beneficios a nivel energía, mejoras en el cabello, las uñas, la piel… He recuperado la alegría, hacía muchos años que no me sentía así. Mi gracias a Sali y a su equipo por tanto Protocolo Desinflama
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